Le cerro la puerta frente a su cara, abriéndole a Lucille mucho más la herida que le causaba su rechazo, todavía recuerda la lejanía que hacia de su cuerpo con el de ella, sin embargo recordaba amarlo, besarlo y despertarse temprano para ser la primer mujer que divisara su rostro y observar aquellos ojos marrones fríos y sombríos que sin importar prejuicios ella los siguió tan ciegamente a donde fuese que iba. Más tarde fueron
repetidas las veces en donde se despertó con el corazón a mil deseando abrazarlo, se mordió los labios con fuerza para no hacerlo. Y no importo tiempo, ni horario ni todo lo que se propuso, justo cuando le rompieron el corazón encontró a su verdadera pasión quién la libera y la deja ser, sin importar porque aun así recibe más sin antes dar, todo lo que construye le da frutos, son sus ganas de seguir quien la levanta.
De todo lo que alejo de ella, no volvieron, sino que siguió siendo ella. Sin el principio a lo que alguna vez le dio vida, y también la dejo morir, la angustio y observo hasta la mas mínima parte de su alma...
El viento corre de enfrente sin sentir su aroma y puede sonreír y abrir grande sus ojos grises como el cielo. Lucille en sus manos lleva consigo el recuerdo de las lineas que hicieron alguna vez un lazo.
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