He vestido a bailarinas, las he dejado magníficas ante el ojo del espectador, confeccione parte por parte, lentejuela por lentejuela, piedra por piedra, tullé por tullé, fue un gran trabajo, incluso he logrado sobrepasarme, superarme con espectativas, todo el mundo observada ese baile y ese vestuario tan acorde, oí que hablaban de esto como si fuera tal obra de arte. Estaba orgullosa de haberlo logrado, realizar tal prenda excelentemente como lo logra un pintor...lo que nadie sabia, era como me sentia yo realizandolo.
Estuve por meses eligiendo hasta la minima puntilla para poder expresar mi emoción, a todos les parecia maravilloso aquella malla, cuando a mi me traia melancolia, desazón y tristeza profunda, en cada puntada en estos meses he enterrado a mi amor, aquel no correspondido, aquel que añoré en dedicarle horas de pasión, hoy dedicaba horas para el adiós, hundí mi pena en cada lentejuela que era colocada, incluso el color de ese vestido indicaba el color de mi vida durante esos meses, esto daba por concluso mi trabajo, tanto emocional como laboral. Ahí se veian luciendo mis emociones transmitidas en prendas, heché mi pasión y las volqué para que todos pudieran verlas. Como nadie mas que tú las había visto...
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