Me dejabas y no para mi bien, sino que lo hacías pensando en tu libertad, y en mi solo pensabas dejarme con partes de mi corazón en pedazos sobre mi mano y algunos otros esparcidos en el suelo, y para diversión tu me observabas a mi levantarnos cada día. Y con el tiempo demostré odio, demostré amor y fuerza en seguir con lo que sentía, a pesar de que siempre terminaba con mi boca llena de rencor e impaciencia dándome resultados inútiles e inestables mentalmente a mi favor. Más tarde decidí transformar esa fuerza tomando velocidad para que se fuera todo mi dolor se fuera mucho mas rápido y yo estaba levantándome hacia adelante, realizando piruetas para arreglármelas.
Durante un año me llene de amor y quizás también de odio y decidí ya sacarte de ese puesto que te habías ganado, lo dejaba vació nuevamente, ya no estaba rehén de una situación que nos marcaba y a su vez nos alejaba aun más.
Estaba cómoda en mi tiempos, los cuales manejaba yo, lo aprendí a hacer después de mucho llanto y situaciones en donde sentía desde tu hervor el alejamiento. No necesitaba más de un reloj, y en el caso de un tiempo, por cuenta propia dejé de esperarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario