De a borrones te sacaba de mi, te arrancaba de un día para el otro por más que dentro mio seguía confabulando grandes aventuras juntos, tomados de la mano y sonriendo tanto que ni se nos notaba el amor. A ti te salia muy bien y a mi se me notaba mucho. Era inevitable que no te dieras cuenta cuanto había resistido, cuando maltrato confundí con amor, agregando una palabra nueva al diccionario, dejándome ser algo para congeniar con tu aspecto, tan frívolo, y yo tan amante. Fue también una forma de vivir a la cual me adapte: Amartratarme. Yo seguía de tu lado hasta para recibir migajas de eso que alguna vez sentiste por mi. Estaba dispuesta a seguir recibiendo hasta lo más mínimo que tuvieras para darme, cuando yo perdía mi valor y me desaparecía entre una gran multitud. Quería ser lo más grande y solo para vos.
 Y si me reconocieras, yo no tendría la culpa de cargar grandes penares, yo no tendría la culpa de porque amarte tanto, yo no tendría que haberme tomado el trabajo de hacerte brillar y opacar tu más oscuro ser. Quererte salvar entre tanto odio con mi tiempo. Y perdí por querer hacerlo, tu lado oscuro se le burlaba a mi dedicación, y me llene de rabia e impotencia ser yo la que intentara remediar te. Sin embargo te importo menos que antes, te había ganado el orgullo de pisar el ser de los demás, y el mio estaba en vidriera aún, te convenciste de que yo seria para ti intocable, de una manera que lo ignorabas para no hacérselo, y a mi me mataba esa ignorancia hacia mi.