Odiaba por minutos completos lo que durara sus canciones, pero estaba cuerdo en el amor y las aventuras que le hacia vivir.. cuerdo en cualquier mundo menos en de la realidad. Cada mañana se levantaba y mientras le preparaba el desayuno a su gran amor, ponía sus discos de música indie, siempre tan fresca y encantada, tan misteriosa y preciosa sin ser la más hermosa. Le llegaba al cuarto despertandolo de sus sueños de amor y le servia el desayuno, él sola la miraba y se sostenía en el brillo que hallaba en sus ojos, estaba enserio enamorado y lo que ella le hacia despertar, pero en sí odiaba en sus mejores ataques los gustos que la componían, la música tan aburrida y sus labios tan callados, siempre solo contestando y besando.. LA amaba, estaba anonadado pero le aburría la esencia, sus formas, odiaba las cosas de las que ella gustaba.. y un día volaron los vinilos! volaron las palabras, las intenciones, le cambio el sonido y arruino aquello que sintió, cambio lo más importante de ella, cambio su música y le quito la religión, escupió con odio en sus creencias, se le burlo, burlo el amor de ella y el suyo propio por arruinarlo él mismo.
Tomo sus cosas y se fue, cerrándole la puerta a Amelí, arruinándole sus mejores frases improvistas y él cerrando sus grandes ojos marrones.
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