22.7.13

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Otoño perfecto, otoño acompañados, éxtasis de alegría, loca euforia, sola siempre pero esta vez la acompañarian, sostuvo su mano y la hizo vivir, la remonto y le dio alegría sacando los días grises como su perfectos días. Hechizados el uno con el otro y el fiel resplandor de sus ojos al encontrarse tan cercanamente escuchando palabras y suspiros de amor de la boca que ama, respondiendo a miradas atonitas al presenciar la humildad por querer al otro más que si mismo. Inentendible.
He estado unos 365 días al año pensando en aquello que se les fue, esfumo..perfumado otoño.




No desperdicio ningún día a su lado.
Era la guerra infinita a las bombas que explotaban en su corazón, cada una sucumbía más que la anterior y cada una de ellas dolía menos que la primera, y el suelo donde se deposito cada granada quedaría vacío, sin poder usar, cualquiera que volviese a caminar por aquel moriría si pisaba alguna de ellas, pues eran trampas.
 Diluvio por aquel entonces todo lo que pudo, hasta tormentos soporto aquel campo..
Sé que pronto ibas a dejar de hacer revuelo en la atmósfera y cuando eso acabara nada quedaría en su alrededor, absolutamente nada, y por eso las tormentas la asustaban tanto pero las disfrutaba sabiendo que luego del espanto gris estaría como un soleado, más soleado que nunca y hasta arco iris si convinaba las lluvias pasada con el solsicio de hoy y aquel que la mirará directamente al cielo se enamoraría de lo celestino y blanco sin mucho que les importase con ese aire que la recorrió...
Era el día hermoso a su lado, pero sin importar siempre habría alguien mejor que la opacáse, que la hacia ser un día olvidado, cálida pero sin que la quisieran como quiso una vez. Era olvidada y menospreciada de lo que merecía y se daba a la razón sabiendo que fue abandonada más y lo seguía siendo e intentando que le diera lugar pero de lo que amo solo recibía rechazos; no importaba retomaba vuelo y volvía a intentar, siempre intentando y recibiendo más rechazo y no le importaba, cuanto podía aguantar era inimaginable, no le quedaba orgullo, buscaba su felicidad ante alguien que solamente le daba lo contrario en cantidad. La infelicidad, y no importa, cada noche el campo floresciente era castigado en lluvias, diluvios y corazones partidos pero seguía en pie, seguía soportando en la esperanza de que la hierba mala nunca muere y esa misma esperanza era el peor de los males pues solo le prolongaba el tormento. El amor toxico era lo que la hacia seguir, lo malo nunca la mataba, solo destruía pequeños espacios de lo que la conformaba y admito, cada uno de ellos duele mucho.
Decepciones con eso se mantenía, de iluciones seguidas de decepciones, mi codicia por amarte.
 Y dolía, pero que se puede leer de dolor si nunca estuviste en sus campos, absolutamente nada, decir que en aquel campo siempre esperaba sentir su aroma pasearse en ella no la llenaba, iba y venia, duraba poco pero la hacia demaciado feliz.
 El campo nos atrapa mi amor, el campo es grande y soporta más que cualquiera, nunca pensaste en lastimarlo entonces porque sigue así? recibiendo migas que dejas y no te quedas por fin en él?
Esperará mientras sienta, y cuando eso se acabe
 diré adiós aun estemos cerca o lejos, diré adiós para siempre. 











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